sábado, 22 de noviembre de 2008

Amsterdam en tres días (cuarta y última parte)

Y con esta entrada finalizo el viaje a Ámsterdam. 

Lunes 10 Noviembre 2008

Después de una merecida dormitada en el sofá, acompañé a Raquel hasta cerca de su trabajo. Antes de salir de casa me comenta la historia de una garza que se pone por allí, delante de un portal de su calle, a esperar que una señora le de comida. Así todos los días. Imaginaos la escena de ver una cacho garza en medio de la calle esperando que le den de comer... PÍO, PÍO!

Me fuí hasta el hostel a por mis cosas, y por suerte para mí, ya no había nadie. Un par de fotos de la habitación (las que puse en entradas anteriores), una ducha, check-out y de paseo de nuevo.

Cerca del pub irlandés al que había ido a tomar unas Guiness había una plaza. En esa plaza había gente jugando al ajedrez... a lo grande!!! Porque en medio de la plaza hay un tablero gigante con piezas gigantes que pertenece al restaurante Wagamama. Pena que no hubiera nadie jugando en aquel momento, hay un horario de juego estipulado en las cajas metálicas donde se guardan las piezas. Aquí esta la foto.

Después seguí paseando y paseando por los canales, y decidí visitar mi último "museo" antes de irme definitivamente: la casa de Anna Frank.

Se trata del edificio donde Anna Frank y su familia vivieron escondidos entre 1942 y 1944 antes de que fueran delatados por un hijo de p... y llevados a campos de concentración durante el Holocausto, en la Segunda Guerra Mundial. Tanto Anna como su hermana Margot murieron en los campos de concentración de Bergen-Belsen (Alemania) de tifus. La mayor parte de la familia y las amistades que los ocultaban (solamente sobrevivió el padre) corrieron la misma suerte, bien por enfermedad o en la cámara de gas.

Si bien la casa en sí no es gran cosa, es un lugar muy pero que muy triste y pone los pelos de punta. Se pueden ver las pequeñas habitaciones donde Anna, su hermana y el resto de ocupantes vivían y se escondían, si poder apenas ver la luz del día. Se ven en las paredes recortes de periódicos, anotaciones... Si a esto le sumas los vídeos y textos que a lo largo de la casa van apareciendo en modo de explicación, hacen de la visita un auténtico nido de emociones.

Este es el rótulo en frente de la casa...

Y el número 263 de Prinsengratch, donde la empresa Opekta trabajaba sin parar....

El edificio por fuera....
Anna Frank es conocida por todos nosotros por su libro "El diario de Anna Frank" (que todavía no he leído pero que lo he comprado en su casa para poder leerlo), diario que relataba su vida y sus emociones durante su estancia en la casa. Este libro tuvo una adaptación al cine de la mano de George Stevens como director. Ganó 3 premios Oscar, uno de ellos para Shelley Winters por su interpretación de Petronella van Daan, Oscar que se exhibe al final del recorrido del museo como ella misma prometió. Como curiosidad, destacar que la casa fue amueblada únicamente para el film, permaneciendo sin ningún tipo de mueble durante el resto del tiempo por orden expresa de su padre.

Al final ya del recorrido, se encuentra una sala de ordenadores donde puedes dejar tu mensaje y un vídeo. Los mensajes se almacenan como hojas de castaño, árbol que Anna Frank admiraba y veía desde la ventana del desván. Y como no, pues le dejé mi hoja y mi mensaje en vídeo, que podeís ver aquí y aquí respectivamente.

Además del libro me compré un poster precioso con fotos de la niña y una frase que cita lo siguiente:

"One day this terrible war will be over. The time will come when we'll people again and not just Jews!.. We can never be just Dutch, or just English, or whatever, we will always be Jews as well. But then, we'll want to be."

Anne Frank, April 9, 1944

Es increíble lo que una niña de 15 años pudo escribir....

Ya pasando a cosas un poco más alegres, después de la casa, y con los pies bastante destrozados, decidí encaminarme hacia la estación central para así tomarme un café, descansar, coger el tren al aeropuerto y poder volar finalmente para casa.

En Dam Square saqué un par de tomas, una de ellas de este Darth Vader... (a golpe de lunes, oiga..)

La plaza otra vez con el hotel Krasnapolsy de fondo...

Por los canales, pude ver más y más casas... es alucinante... no entrará la humedad ahí? Es curioso....

Y el Nemo, el Centro Nacional de Ciencias junto con una torre con reloj que no recuerdo ahora mismo que era... soy un desastre!

Más casitas por los canales... Esta me llamó la atención por tenerlo todo: escaleras, plantas, ... 

Y el Nemo otra vez, más de cerca...

Ya en la estación, me senté a tomarme un café en la cafetería de la estación en la planta de arriba, justo pegada a las vías (merece la pena ir, menuda pedazo de cafetería). Mis pies ya no daban más y solamente tuve que esperar que el tiempo pasase y pasase para ir al aeropuerto.

Ya allí, al pasar la puerta, cacheo por culpa de las llaves del candado que me dejé en el bolsillo (la máquina pitó). Y vuelta otra vez porque me había dejado el poster fuera, así que tuve que pasar otra vez, de esta vez sin cacheo...

Y a mi llegada a Cork se produjo un capítulo que emborronó un poco el viaje. Al salir del avión, enseñé mi pasaporte al primer control y lo puse en el jersey. En el segundo control, tuve que volver a enseñarlo pero no lo encontraba, me olvidé de que lo tenía en el jersey, así que empecé a buscar por todos los lados. La chica me debió ver nervioso, así que me dijo por favor que quería ver las bolsas. Y aquí empezó la coña: me empezó a preguntar que por qué había viajado a Ámsterdam, cúando había comprado el billete, durante cuanto tiempo, dónde trabajaba.... Mientras hacía este tipo de preguntas, me registraba las bolsas. Incluso me quiso encender la cámara de fotos (sin pila, ya se encargó ella de decírmelo...)!! Pues unos 20 minutos esperando a que la señorita se decidiera a dejarme ir. Estuve a punto de decirle directamente que no tenía drogas y que si quería mi móvil para quedar a tomar una copa...

Al final, salí victorioso pero 20 minutos más tarde y con mala ostia... Trastos al coche, conducir 5 minutos, y llegada a casa, donde me esperaba mi camita y ningún tipo de sonidos "tormentosos".

Saludos y que la fuerza os acompañe!

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