Un paseo por Dublin (primera parte)

Holas a todos,

He vuelto otra vez, al blog, no a España, que llevo solamente una semana!!!! Una vez llegado al primer fin de semana era necesario hacer el guiri, así que a día de Sábado, cogí los bártulos: el chubasquero, la bufanda, el gorro, la cámara y mil plegarias para que no lloviese, y me fui de paseo por ahí.

Salí de casa y me fui río arriba, a partir de Grannan Bridge, el puente justo a 100m. de mi casa. Lo primero que me encuentro son las Four Courts, sede del Tribunal Supermo de Irlanda, obra del arquitecto James Gandon. Esta fue bombardeada durante los sucesos de 1922, entre el grupo partidario del tratado (liderados por Michael Collins) y el grupo anti-tratado, al que pertenecía Eamon de Valera, presidente de la República durante varias años en los 50's y 60's.

Siguiendo la ruta por el río, llego hasta Phoenix Park, mi meta del Sábado, ya que este es el parque más grande de Europa y del que los dublineses se sienten más que orgullosos. Este cuenta con más de 700ha de terreno, más del doble que el Central Park de Nueva York.

A la entrada mismo, podemos ver el monumento a Wellington, un pedazo de obelisco, que cuenta con 63m de altura.

Si nos caemos a la derecha, entramos en la zona de People's Garden, única zona cultivada del parque. Está lleno de flores y con un olor a jacinto que encandila. Sé de alguna que le gustaría estar aquí todo el día.... Al lado del People's Garden está el Zoo de Dublín. No es gran cosa la verdad, aunque algún que otro animal hace gracia, como por ejemplo este lemur rojo. Me recuerda a mi gata Cleo enroscada encima de la tele.

Hacia la izquierda del parque, tenemos una extensión bestial de hierba en la que residen varios campos de fútbol/rugby/hurling/futbol gaélico. Casualidad de que pasando por allí había un partido femenino de hurling, un deporte parecido al hockey hierba, pero más bestia. Que leches que se pegaban las crías, y eso que no debían tener más de 10 años....
Un poco más adelante, tras varios mini-bosques, podemos ver una manada de gamos sueltos. Estos fueron introducidos por lord Ormond en 1662 cuando estas tierras fueron convertidas en coto de caza. Estos campan a sus anchas por todo el parque, y es curioso verlos acercarse a la gente cuando les ofrecen comida. Imagináos, yo estaba a unos 10 metros suya.

Seguimos caminando por el parque y capto esta instantánea que define perfectamente cómo es el parque: enorme y verde.

En medio del parque se encuentra la Papal Cross, un monumento dedicado al difunto papa Juan Pablo II, y que indica el lugar en el que oró ante más de un millón de personas en el año 1979.

Esta última imagen es bajo el monumento de la cruz, en la que podemos ver proyectada su sombra.
Una vez llegado a este punto, decidí tomarme un descanso sobre la hierba al sol, y darle envidia a algunos de mis hermanos mandándole un mensajito. Pero no todo fueron buenas noticias. En ese momento me dí cuenta de que mi botellín de agua se había abierto en mi bolsa, mojandome el diccionario de inglés y el libro que mi compañera de piso (de ahora en adelante flat-mate) me había prestado para leer. Oh, my darling mother!!! En fin...

De regreso a casa, lluvia y granizo. Descubro que el paraguas que me he comprado en España en el Todo a 100 es una verdadera mierda. Ya está roto. Tengo que comprar uno.

Y hasta aquí el paseo del sábado. Por la noche, de fiesta por Dublín. Solamente pisé dos pubs, pero suficientes para beber una serie de pintas que me alegrarían la noche. Destacar el Café en Sein, con ambiente parisíno y moderno, en Dawson St.

El domingo, resaca monumental en el estómago. La cabeza bien, pero los aires que salían de mi no dejaban muy buen ambiente que digamos... Ya hemos testeado qué se siente con una alegría de Guiness... y espero no sufrirla muy a menudo, por el bien de la humanidad.

Besitos a todos.