Hasta siempre, Cloti

Te nos has ido, Cloti.... nunca pensé que llegaría este momento. Pero ha llegado. Pensé que eras incombustible. Pensé que nunca te irías. Pero la vida es así de caprichosa. Nacemos, crecemos y morimos. Ese es nuestro destino.

Contigo aprendí un sin fin de cosas... aprendí que se pueden curar catarros con vasos de Sanson y galletas Cuétara... aprendí el significado de "perrecha". Siempre nos dabas dinero a escondidas del abuelo para un "chupe".... Tu tarta de chicharrones, tu arroz y tu mate serán siempre recordados, como así lo serás tú.

Al menos pude despedirme de ti y sacarme una foto contigo. Tenías la mirada triste, como si supieras que no nos veríamos más. Apenas me hablaste, pero no hacía falta. Nos entendimos perfectamente. Nos cogimos de las manos y nos acariciamos. El silencio en la habitación lo decía todo. Ese día te dí muchos besos, porque sabía que no podría volver a dártelos. Tuve que salir a llorar a las puertas de tu casa, porque sabía que sería la última vez que te vería. Antes de marcharme, me acerqué a ti de nuevo y te besé en la mejilla por última vez. Nos despedimos con la mirada.


No pude asistir a tu funeral ni a tu entierro. La distancia no me lo ha permitido. Creo que me arrepentiré mucho de esto. Pero prometo dejarte una rosa allí donde estés la próxima vez que vaya. Porque tú eras especial. Porque tú eras Cloti.


Conmigo estará siempre esta foto que nos sacamos juntos, de ese día que nos besamos en la mejilla y que nos acariciamos las manos, el día que nos despedimos con nuestra mirada. 
Allá donde estés, Cloti... hasta siempre.